Mundial de Clubes FIFA 2025™

miércoles 25 junio 2025, 19:00

El sueño de un joven aficionado del Bayern se hace realidad en el Mundial de Clubes FIFA

  • La vida del joven Lukas Heimbeck, de Alabama, gira en torno al fútbol y al FC Bayern München

  • Lukas, junto a su padre Martin, creó un recuerdo para toda la vida al viajar a Charlotte para ver el Mundial de Clubes FIFA™

  • La competición está brindando a miles de aficionados de Estados Unidos la oportunidad de ver a sus héroes

Para muchas familias por todo el mundo, el fútbol es algo más que un juego: es una forma de vida. Este es el caso de Lukas Heimbeck, de 15 años, cuya vida gira en torno a este deporte con el apoyo de sus padres, Amber y Martin.

Tanto si Lukas juega en el equipo juvenil de su localidad como si van en grupo a ver al Huntsville City FC en la MLS Next Pro —la tercera división de Estados Unidos—, el fútbol es el centro de atención cada fin de semana en casa de los Heimbeck.

A pesar de ello, siempre les ha quedado una asignatura pendiente: que Lukas no pudiese ver jugar en directo a su amado FC Bayern München.

Martin, aficionado del Nürnberg y natural de Baviera, viajaba a menudo con la familia a Alemania para visitar a sus parientes, y fue allí donde Lukas conoció al FC Bayern, el club más laureado del país.

A pesar de visitarlos a menudo, por cuestiones de calendario y de asignación de entradas, nunca les fue posible ver jugar al Bayern en persona.

"Hemos intentado ver jugar al FC Bayern München en directo en Alemania, pero entre el sistema de venta de entradas, que es por sorteo, y que siempre se agotan, nunca hemos tenido la oportunidad. Mi hijo de verdad pensaba que nunca podría verlos jugar en persona", explica Amber.

Así fue hasta que se anunció que el Mundial de Clubes FIFA 2025™ se disputaría en Estados Unidos, y que el Bayern jugaría en Charlotte, Carolina del Norte, a sólo 90 minutos en avión desde Huntsville.

"Cuando nos enteramos de que venían a jugar aquí, fue como un sueño hecho realidad. Mi hijo estaba absolutamente feliz de poder ver por fin en directo a su equipo favorito y, sobre todo, a su jugador preferido de todos los tiempos, Thomas Müller, antes de que se retire", cuenta Amber.

"Sabíamos que sería algo que nunca olvidaríamos. Para muchas familias como la nuestra, más que un partido es un recuerdo para toda la vida".

Por desgracia para Amber, sus compromisos laborales le impidieron viajar, pero Lukas y Martin no tardaron en comprar las entradas para ver al Bayern enfrentarse al SL Benfica en el último partido del Grupo C.

The father-son experience was made all the more memorable with on-pitch access to watch their heroes warm up from close-range

La experiencia de padre e hijo fue aún más memorable gracias a una mejora en sus entradas que les dio acceso al campo para ver de cerca el calentamiento de sus héroes, mientras Müller y varios de sus compañeros le firmaban la camiseta a Lukas.

"Fue increíble. Sé que al final no ganamos, pero todo lo que lo precedió y el hecho de poder estar en el campo y ver a los jugadores de cerca fue algo realmente especial. Siempre estará entre los cinco mejores momentos de mi vida", afirmó Martin.

La derrota por 1-0 ante el Benfica no era lo que la familia Heimbeck esperaba, pero con el Bayern ya con un puesto asegurado en octavos de final, pudieron centrarse en lo positivo, incluido el hecho de que el héroe de Lukas, Müller, jugara los 90 minutos.

Thomas Mueller of FC Bayern München crosses the ball

"Fue un honor asistir a este partido para ver al FC Bayern en el campo. Lo pasamos genial y, aunque el resultado no fue el que queríamos, ya estamos en octavos, así que este día será inolvidable", declaró Lukas.

"Significa mucho que el Mundial de Clubes de la FIFA se celebre en Estados Unidos. Era una de las cosas que más anhelaba hacer".

Aunque la historia de los Heimbeck es familiar, representa a miles de personas y resume exactamente lo que es el Mundial de Clubes FIFA: hacer realidad los sueños de jugadores, entrenadores, clubes y, lo que es más importante, de los aficionados.

Reunir a 32 de los mejores clubes del mundo también significa reunir a 32 de las aficiones más apasionadas del planeta, todas viendo a sus amados equipos competir por el título de campeones del mundo.

Y para algunos de esos aficionados, al igual que para Lukas Heimbeck, significa ver a sus héroes en persona por primera vez.